Hoy vamos a hablar de la discriminación directa. A pesar de que la voz de la sociedad suena cada vez más alto para sensibilizar a empresas, administración pública y cada uno de nosotros sigue pasado.

Hace apenas unas semanas CCOO denunció ante la Inspección laboral la situación en la empresa pública Elicondesa. Reclamaban la actuación de la autoridad para defender el derecho de la igualdad de las mujeres. Resulta que en esta empresa la plantilla que asciende de 100 trabajadores aproximadamente 10% son hombres y 90% son mujeres. 

Ninguna mujer ocupa un mando intermedio provocando una diferencia salarial. A esto añadido que todas tienen un contrato fijo discontinuo mermando sus condiciones salariales y sus cotizaciones. 

Llama igualmente la atención en el hecho de que todas las mujeres trabajadoras, son más antiguas en la empresa, que la mayor parte de los hombres, teniendo todas una antigüedad superior a 20 años. Pero a pesar de esta circunstancia, ninguna ha ascendido de categoría en estos años o ha podido cambiar de puesto de trabajo dentro de la empresa. Impidiendo de esta manera una carrera profesional en la empresa para el colectivo femenino.

En este sentido es muy importante crear sistemas automatizadas para la autoridad laboral que permita que se detecten este tipo de situaciones y puedan actuar de oficio.

En mi caso puedo mencionar que como madre a día de hoy las facilidades aún son tarea pendiente tanto para las empresas privadas cómo por la administración pública. La impotencia que se siente es enorme cuándo necesitas acudir a reuniones del colegio el caso de solicitud por parte del colegio y se niegue el permiso. Hay convenios y administraciones que contemplan este tipo de permisos de forma trasparente y otras no aprovechándose del vacío legal. Y aún peor en este caso que prácticamente es a discrecionalidad de la persona que debe autorizarlo del área labora. 

Aún queda un camino largo por recorrer.



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